Miro por la ventana en busca de inspiración para llevar a cabo la primera entrada del blog. En tiempos de crisis es cuando uno debe reinventarse. Eso dicen. A mi mente viene una frase que retumba en mi cabeza desde hace un tiempo y que es algo así como “en tiempo de crisis, unos lloran y otros venden pañuelos”.
Con los establecimientos gastronómicos cerrados, no nos ha quedado otra que ingeniárnosla para vender esos pañuelos. En Cellarius Experience hemos aprovechado estos meses para conocernos todavía más como empresa, para crecer con la puesta en marcha de nuestra página web, para lanzar el servicio de comida a domicilio que tan buen resultado nos ha dado en este inicio e, incluso, para escribir estas líneas en la que ya es mi primera entrada en el blog.
No pretendo convenceros de nada. Tan solo compartir con vosotros una de tantas reflexiones venidas a mi cabeza en las largas noches de confinamiento. Que la COVID 19 nos ha cambiado la vida es algo indudable. De un día para otro nos fuimos a casa, sin casi cerrar nuestros restaurantes, y percibimos que todo era distinto. Nadie vislumbró que esto iba a pasar y, sin preparación alguna, nos hemos enfrentado a uno de los momentos más importantes de nuestras vidas.
Casi tres meses después, hemos creado nuevos hábitos, hemos roto barreras mentales y hemos disfrutado de momentos familiares que no nos habíamos ni planteado. Hemos visto por las redes que la gente se ha animado a cocinar y como los profesionales del sector han compartido conocimientos y recetas. Sin duda, la gastronomía está ayudando a hacer más llevadero el confinamiento y es ahí donde quiero incidir.
Alimentar el alma
La cocina no cumple únicamente la función básica de nutrirnos. Es mucho más. Nos permite socializar, compartir, culturizar, disfrutar y, a la postre, alimentar el alma. Ahora, más que nunca, queremos seguir disfrutando de esos momentos tan especiales a los que no dudo que les sabremos dar un valor más elevado.
¿Qué el sector vive ahora una de sus peores crisis? Sí, sin duda. Pero entre todos podemos empezar a salir de ella. Al final, el reinventarnos no deja de formar parte de nuestro ADN y cultura como chefs y empresarios. A medida que las fases (dichosas fases) vayan pasando, poco a poco iremos cogiendo confianza en nosotros mismos y con el nuevo entorno para volver a disfrutar de nuestros restaurantes favoritos y recuperar esa curiosidad por encontrar otros. En mi humilde opinión, creo que los restaurantes debemos ayudar a los comercios de proximidad con una mutua complicidad para hacer llegar a los clientes productos que sabemos de dónde vienen, quién los cuida y a los que pondremos cara.
Desde Cellarius nos encanta saber que vamos a contribuir a crear estos momentos tan especiales apostando por nuestra cultura mediterránea, por nuestros productos de proximidad y por nuestra riqueza natural.
Responsabilidades
No quiero ser talibán de nada, solo faltaría, pero podría desgranar muchas actuaciones que nos han llevado a esta situación y que incluso la han empeorado. Por ende, tenemos que mirar atrás, ver en qué y cómo hemos fallado y asumir responsabilidades. No queda otra.
En esa vuelta atrás, nos tocará recordar cosas que hacían nuestros abuelos. La globalización ha sido muy importante, pero tenemos que ponerle ciertas medidas, ya que no todo vale. Como sociedad tenemos que ser más solidarios. Hasta ahora no lo hemos sido. Si hacemos esto en nuestro comercio, lograremos que todos salgan adelante. En definitiva, no es más que ser consecuentes con lo que pensamos, decimos y, sobre todo, hacemos. Y ahora, amigos, es el momento de pasar a la acción.
Jordi González
CEO y Chef de Cellarius Experience